ASEMAD/ 2021
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y flexible, pero con carácter de representación
institucional”. De esta forma el edificio
se integra en el entorno, a la vez que
sus interiores generan espacios que favorecen
la transición y el diálogo, con una
estructura que aporta calidez y armonía.
El bambú en los interiores
El Grupo Gubia, especializado en diseño
y construcción de espacios en madera y
bambú, se ocupó de los revestimientos
interiores del edificio. Frente a una piel
exterior de hormigón visto que, en ocasiones,
también queda al descubierto en
el interior del edificio, el bambú aporta a
estas oficinas un ambiente acogedor de
trabajo. Puertas enrasadas a revestimientos,
lamas de bambú a modo de celosías
que revisten techos, petos, barandillas, o
piezas del mismo material que cubren las
escaleras de comunicación entre las distintas
plantas, son una muestra del protagonismo
de esta variedad resistente y
duradera. “El hecho de que Grupo Gubia
tenga su propio taller hace que las piezas,
realizadas una a una, sean como obras de
artesanía”, comenta Esperanza Romeu.
El interior del edificio se abre así al exterior
con grandes rasgaduras verticales
para presentar una fachada que cuenta,
también, con un baile de listones metálicos
que filtran la luz directa al interior,
creando sombras dinámicas en constante
movimiento. La entrada se delimita delicadamente
dejando intuir los espacios a
ambos lados.
Un pavimento que busca continuidad
Como espacio de oficinas y espacio de
alto tránsito, el pavimento a elegir era uno
de los puntos más importantes en el proyecto.
La premisa era buscar la funcionalidad
y mayor eficiencia, con un suelo que
cumpliese todas las normativas europeas,
que fuera registrable para canalizar las instalaciones
y que, a su vez, acompañara en
estética.
Erisur Arquitectura escogió el pavimento
elevado registrable Gamaflor Pac, de Polygroup,
para los 2.000m2 que configuran
este gran espacio. Un suelo fabricado con
partículas de madera de alta densidad,
soporte inferior de acero galvanizado y
acabado con diseño bambú vertical, que
incorpora el sistema Sovereign Tech, mediante
el que se permite ocultar el canteado
de las baldosas del suelo ofreciendo
una estética homogénea. Al no percibirse
las juntas de un pavimento modular, fomenta
el diseño continuo que el estudio
de arquitectura buscaba para el proyecto.
Además, esta apariencia de homogeneidad
es otro de los motivos por los que
se eligió el bambú como acabado del pavimento.
A diferencia de lo que se podía
conseguir con suelos de madera tradicionales,
el bambú cuenta con una veta lineal
que permite arrastrar esa estética de continuidad
también entre suelo y paredes.
Como explica la arquitecta, “hemos logrado
tener el pavimento profesional y avanzado
deseado con una estética refinada y
elegante. Las baldosas de este tipo de pavimento
nos permiten un manejo sencillo
de las instalaciones, que han quedado canalizadas
a través del `plenum´ creado por
el pavimento y que facilita la distribución
de los puestos de trabajo y el aprovechamiento
al máximo del espacio”.
Un suelo fácilmente accesible sin ningún
sacrificio estético, ya que su apariencia
general es la de una superficie homogénea,
uniforme y totalmente estable, que
queda unificado también con las paredes
de bambú.