ESENCIA DE MADERA
“El aroma acre de la madera
africana siempre estará conmigo”
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Este año 2019 celebro con orgullo y satisfacción,
o sea como un Rey, mis 30
años de actividad laboral en el ámbito
del comercio de la madera.
En 1989 era un muchacho inexperto y
algo inseguro pero curioso, ávido de
aprender y metódico. He tenido la suerte
de conocer y trabajar con grandísimos
profesionales a quienes agradezco
su paciencia, tesón, indulgencia y generosidad.
Recuerdo muy bien mis comienzos en
Maderas Tayma. El almacén del “Barrio
de la Punta” que hoy forma parte del
Oceanogràfic en Valencia. Un tiempo
como ayudante del encargado de almacén,
posteriormente ayudante administrativo
y más tarde formando parte del
incipiente equipo comercial de la empresa
que fundó mi padre junto a otros
en 1974.
Por aquel entonces se vendía Embero,
Sapelly, Samba, Oregón, Lauan. Coníferas
escandinavas y pino amarillo, que
ya venía pegando fuerte.
Recuerdo muchas otras especies tropicales
africanas: Iroko, Bossé, Sipo, Kotibé,
Bahía, Kossipo, Mongoy, Lotofa,
Dabema, Bubinga, Koto, Talí. Frondosas
americanas, frondosas europeas y
algunas tropicales brasileñas. Más de
40 especies, siempre madera aserrada
en tablón o en “boule”.
Lo primero que vendí, sin embargo, no
fue madera. Me lo pusieron fácil: tablero
contrachapado fenólico de abedul
antiderrapante para carrocerías. Llevaba
unas muestras pequeñitas y un listado
de precios. Me viene a la mente que
vendía pino de Suecia VII para fabricar
colmenas para las abejas a 17.000 pesetas/
m3 (algo más de 100 €/m3).
Hoy nos parece inconcebible, pero ¡¡trabajábamos
sin teléfono móvil, GPS, tablet
ni CMR!!. Mi cartera (preciosa, de
piel, aún la conservo) incluía un listado
larguísimo en papel pautado que detallaba
las existencias de almacén, un
taco de pedidos tamaño folio con copia
blanca (cliente), amarilla (facturación),
rosa (almacén) y azul (vendedor) que
rellenaba a mano con detalle de la especie
de madera, marca, calidad, medidas,
precio, condiciones de venta y
todos los datos del cliente, fechas de
emisión, suministro. Fichas de cartón
para rellenar los datos del cliente, agenda
para apuntar el resultado de la entrevista.
Calculadora y un estuche como el
de un escolar. Ufff…
Tras muchas visitas a clientes por toda
España insular y peninsular, viajes a
proveedores en Europa y Norteamérica
y muchas, muchas horas trabajando
desde mi despacho o atendiendo a
clientes en el almacén, en 2003 fundé
mi propia empresa junto a Germán Belmonte
Júnior, también maderero de segunda
generación: Yubero & Belmonte
- Agencia de Maderas.
Vamos ya para 16 años. Ahora ya no
vendemos Mongoy, Bubinga ni Kotibé.
Apenas vendemos madera aserrada.
Nuestro portfolio hoy son productos
forestales con valor añadido: vigas laminadas,
tarimas, frisos, listón de bricolaje,
perfil laminado para ventanas,
paneles alistonados, finger-joint limpio
de nudo, CLT, decking, madera termotratada,
impregnada en autoclave, KVH,
casas prefabricadas, madera cepillada y
dimensionada, etc.
Los procesos de mecanizado a escala
industrial han desbancado al producto
artesano a medida. ¿Nos encantan las
boisseries en nogal o cerezo pero solo
nos podemos permitir una estantería de
Por Florián Yubero, Jr
(hasta que mi padre se
jubiló, siempre firmé así)
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REPORTAJE
En EEUU comprobando pino amarillo. Me
acompañan mi amigo y mentor José Luis Lamata,
Director de Northern Pulp y en el extremo de la
fotografía D. Juan Jaume de Madesa (Mallorca)
Antiguo almacén de Maderas Tayma en el Barrio
de La Punta (hoy parte del Oceanográfico)