ENTREVISTA
la mecánica a la informática, a la industria
4.0, que requiere un potente departamento
técnico y la formación específica de los
trabajadores. Sin embargo, este salto ha
tenido el impedimento de la crisis económica,
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con años de grandes sacrificios
y pocas inversiones. Y muchas empresas
no han podido efectuarlo. También ha faltado
incorporación de personal, de nuevas
generaciones, nativos digitales que
aprendan el oficio de la carpintería. La crisis
tampoco ha hecho posible en muchos
casos este relevo generacional. Y este es
el reto que debemos asumir como sector,
donde necesitamos mayores facilidades
para poder lograrlo.
¿Qué le pediría al nuevo gobierno?
Un mayor apoyo a las empresas de nuestro
sector en general, y en particular, a las
que han dado pérdidas en ejercicios anteriores
y paradójicamente se les deniegan
ayudas justo por ese motivo; una mayor
agilidad en la tramitación de las ayudas,
que son verdaderos laberintos de burocracia
y documentación; y una mayor facilidad
en la contratación de gente joven para
facilitar ese relevo del que hablábamos antes
y posibilitar la generación de puestos
de trabajo en las pymes.
Como vicepresidente de Asemad, ¿qué
ventajas considera que ofrece el asociacionismo
a las empresas del sector?
El asociacionismo es fundamental. Hace
posible la representación, la fuerza, la
unión, la comunicación, la estrategia o la
reivindicación, en su caso. Si mejoramos
el sector, mejoramos todos. Estar en contacto
con empresarios con tus mismas inquietudes
y afinidades permite establecer
objetivos comunes y encontrar soluciones
y nuevas propuestas. Y por supuesto, la
puesta en común de recursos para obtener
servicios específicos para el sector,
como la información, el asesoramiento o
la formación, entre otros. Una visión empresarial
pasa por el asociacionismo.
EL
ASOCIACIONISMO
ES FUNDAMENTAL.
HACE POSIBLE LA
REPRESENTACIÓN,
LA FUERZA,
LA UNIÓN, LA
COMUNICACIÓN, LA
ESTRATEGIA O LA
REIVINDICACIÓN,
EN SU CASO.