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REPORTAJE Cuando la madera navegaba hasta Valencia: las maderadas del Turia 26 ¡Ha llegado la maderada! . La llegada de la madera a Valencia era todo un espectáculo. Los vecinos llenaban el Puente Nuevo, el actual puente de San José, el primero de los cinco puentes de sillería con los que contaba la ciudad en el siglo XIX. Y allí, los troncos de madera, miles, llegaban por el río, conducidos por los aguerridos gancheros, más de 100 hombres que 4 meses atrás habían emprendido un viaje desde las tierras de Ademuz para proveer de madera a la ciudad. Antes del ferrocarril y del asfalto, la madera en España llegaba a las ciudades conducida por los ríos Ebro, Tajo, Júcar, Segura y Guadalquivir. Y así se hizo durante siglos: desde la Edad Media hasta los años 40 del s. XX. Así lo cuentan Juan Piqueras y Carmen Sanchis en El transporte fluvial de la madera de España. Explican cómo en los ríos de gran caudal, el Ebro y sus afluentes, se empleaban las almadías, balsas construidas con los mismos troncos, cuya conducción era rápida y requería poca mano de obra. Pero en los ríos menos caudalosos, como el Júcar y el Turia, la maderada era una peligrosa hazaña que llevaba la madera desde los bosques de Cuenca y las tierras de Moya hasta Cofrentes, Alzira, Xàtiva, Utiel y Valencia. En tierras valencianas, se conducía por el sistema de piezas sueltas, es decir, troncos sueltos, que dirigían los gancheros, un oficio perdido que debe su nombre a la larga vara de avellano con un gancho en su extremo. Los gancheros heredaban el oficio por tradición familiar. A los 6 u 8 años entraban de aprendices en la cuadrilla y acababan dominando la técnica de conducir la madera desde la orilla y desde encima de los mismos troncos, saltando de uno a otro sobre el río con asombrosa facilidad. Gran prestigio y reconocimiento en toda España tuvieron los gancheros valencianos. Y especial renombre han merecido los gancheros de Chelva, con constantes alabanzas por parte de los historiadores. En el siglo XIX, casi un tercio de su población activa se dedicaba al oficio. Sus cuadrillas incluían además gancheros de poblaciones cercanas como Tuéjar y Titaguas. Su campo de actuación llegó hasta ríos más lejanos, y familias chelvanas, como los Martínez ocupaban, generación tras generación, el más alto nivel del ganchero: el maestro de río. Pero también maestros de río y famosos gancheros fueron los de Cofrentes, donde las familias Correcher, Pardo o Muñoz se vinculan tradicionalmente a la madera. En el Turia, en el Júcar y en su principal afluente, el Cabriel, se transportaba fundamentalmente pino: laricio, albar y rodeno. Tal como cuentan Piqueras y Sanchis, 26 REPORTAJE Gancheros de Priego, en Cuenca


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